Cuando hablamos de marketing digital, muchas veces nos enfocamos en el diseño, los colores o los formatos de publicación.
Pero hay un ingrediente que puede marcar la diferencia entre un contenido que se lee y uno que realmente convierte: el copywriting.
l copywriting no es escribir bonito ni adornar textos con palabras rimbombantes.
Es escribir de manera estratégica para conectar con tu público, transmitir tu propuesta de valor y motivar una acción concreta.
En cambio, muchos negocios caen en errores como:
Hablar solo de sí mismos y no de lo que aporta al cliente.
Usar un lenguaje frío o técnico que aleja.
Publicaciones poco claras que confunden más que ayudan.
Hace un tiempo trabajé con una emprendedora que tenía productos increíbles, pero sus textos no generaban interés ni ventas.
Juntas revisamos sus publicaciones y aplicamos algunas claves simples: escribir en segunda persona, mostrar beneficios, hacer preguntas y cerrar con un llamado a la acción claro.
El resultado fue impresionante: sus lectores empezaron a interactuar más, preguntar sobre sus servicios y… ¡a comprar!
Usa la segunda persona: habla directamente al lector como “tú” para generar cercanía.
Haz preguntas: invitas a la reflexión y fomentas interacción.
Muestra beneficios claros: explica cómo tu producto o servicio mejora la vida de tu cliente.
Añade prueba social: testimonios, casos de éxito o menciones generan confianza.
Incluye un CTA claro: no dejes que tu lector se quede pensando “y ahora qué hago”.
Escribir bien no es cuestión de adornar, es cuestión de conectar con la persona que tienes delante.
Cuando tu texto refleja empatía, claridad y valor, tus palabras no solo se leen… se sienten, se recuerdan y venden.
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